Qué hacer y qué no hacer al disciplinar a los perros

RESUMEN CON IA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Disciplinar a un perro de forma adecuada es esencial para su bienestar y para fortalecer el vínculo con su tutor. Este artículo detalla qué hacer y qué evitar al corregir conductas no deseadas. Se destaca la importancia de evitar castigos físicos, gritos o métodos obsoletos como frotar su nariz en accidentes. En su lugar, se recomienda el uso del refuerzo positivo, la redirección y la corrección en el momento justo. También se exploran estrategias efectivas como los comandos básicos, el «tiempo fuera» y la coherencia en las reglas. Además, se subraya la importancia del ejercicio, la socialización y la prevención para evitar comportamientos problemáticos. La disciplina positiva no solo educa, sino que también promueve una convivencia armoniosa y respetuosa entre perro y dueño.

 

Basado en el artículo original de  Erin Ollila

 

Disciplinar a un perro puede parecer una tarea complicada, especialmente si eres dueño primerizo. Sin embargo, con paciencia, consistencia y comprensión, puedes ayudar a tu perro a desarrollar buenos hábitos sin dañar el vínculo entre ustedes. El objetivo de la disciplina no es castigar, sino enseñar y guiar. En este artículo, exploraremos qué hacer y qué evitar al corregir el comportamiento de tu perro, para que puedas fomentar una convivencia sana y armoniosa.

 

¿Por qué es importante disciplinar correctamente a un perro?

La disciplina adecuada enseña a tu perro qué comportamientos son aceptables y cuáles no, asegurando su seguridad y la de quienes lo rodean. Además, ayuda a establecer límites claros, lo cual es esencial para que tu perro se sienta seguro y entienda su lugar dentro del hogar. Pero ojo: disciplina no significa castigo. Es una herramienta para educar, no para infundir miedo.

 

El maltrato físico, como golpear, sacudir o usar collares de castigo, nunca es una opción. Además de ser cruel e ineficaz, este tipo de disciplina puede generar miedo, ansiedad e incluso agresividad en el perro.

 

Lo que NO debes hacer al disciplinar a tu perro

  1. Nunca uses castigos físicos

El maltrato físico, como golpear, sacudir o usar collares de castigo, nunca es una opción. Además de ser cruel e ineficaz, este tipo de disciplina puede generar miedo, ansiedad e incluso agresividad en el perro. A largo plazo, dañará profundamente la relación de confianza entre tú y tu mascota.

  1. No le grites ni le chilles

Si bien los perros son sensibles al tono de voz, gritar constantemente puede hacer que empiecen a ignorarte o, peor, que se asusten de ti. Un tono firme pero calmado es mucho más efectivo. La clave es usar comandos claros como “no”, “quieto” o “basta” con consistencia.

  1. No frotes su nariz en un accidente

Este viejo mito ha sido desmentido por expertos en comportamiento animal. Frotarle la nariz al perro en su orina o heces solo generará confusión, ansiedad e incluso problemas de miedo o evasión. Los perros no asocian este acto con el comportamiento que ocurrió anteriormente. En su lugar, redirige al perro y asegúrate de limpiar bien el área con un limpiador enzimático para eliminar el olor.

  1. No permitas juegos inapropiados solo porque “es cachorro”

Morder manos, saltar sobre la gente o robar objetos no son comportamientos que deban ignorarse porque “son tiernos”. Si no se corrigen desde el principio, pueden volverse hábitos difíciles de erradicar en la adultez. Establece límites desde el principio y ofrece alternativas seguras y adecuadas para jugar.

 

El refuerzo positivo es la herramienta más poderosa en el entrenamiento canino. Elogiar, acariciar o dar una pequeña golosina cuando tu perro se comporta bien lo motiva a repetir ese comportamiento. Es mucho más efectivo y respetuoso que castigar lo negativo. Un perro que se siente amado y comprendido querrá complacerte.

 

Lo que SÍ debes hacer para disciplinar correctamente a tu perro

  1. Refuerza los comportamientos positivos

El refuerzo positivo es la herramienta más poderosa en el entrenamiento canino. Elogiar, acariciar o dar una pequeña golosina cuando tu perro se comporta bien lo motiva a repetir ese comportamiento. Es mucho más efectivo y respetuoso que castigar lo negativo. Un perro que se siente amado y comprendido querrá complacerte.

  1. Corrige en el momento adecuado

El tiempo es crucial. Si encuentras un cojín mordido tres horas después de que tu perro lo destruyó, ya es tarde para regañarlo. El perro no entenderá por qué lo estás reprendiendo. La corrección debe hacerse en el instante o segundos después de la acción para que asocie causa y consecuencia.

  1. Redirige el mal comportamiento

Uno de los métodos más efectivos es interrumpir el mal comportamiento con una orden firme y ofrecer una alternativa. Si tu perro está mordiendo un zapato, dile “¡No!”, quítaselo y entrégale su juguete. Cuando empiece a morder el objeto adecuado, felicítalo. Este ciclo de corrección y redirección enseña sin crear miedo.

  1. Consulta al veterinario si hay cambios repentinos de comportamiento

Si tu perro empieza a comportarse de manera inusual —como orinar dentro de casa de forma repentina—, es importante descartar causas médicas. Las infecciones urinarias, problemas digestivos o incluso el estrés pueden ser responsables. Un chequeo veterinario puede prevenir frustraciones innecesarias y problemas mayores.

  1. Sé coherente con tus reglas

Nada confunde más a un perro que las reglas inconsistentes. Si hoy le dejas subir al sofá pero mañana lo regañas por hacerlo, no entenderá qué está bien o mal. Todos en casa deben aplicar las mismas normas. La coherencia es la base del aprendizaje.

 

Técnicas de disciplina que sí funcionan

Además del refuerzo positivo y la redirección, existen otras estrategias que puedes usar para enseñar a tu perro:

– Ignorar ciertos comportamientos

Si tu perro ladra para llamar la atención, mirarlo o hablarle refuerza ese comportamiento. En algunos casos, ignorarlo puede ser la mejor respuesta. Una vez que entienda que no obtiene lo que quiere, dejará de hacerlo.

– Tiempo fuera (time-out)

Separar brevemente al perro del entorno o de ti cuando se comporta mal puede ser útil. Por ejemplo, si juega bruscamente, puedes llevarlo a otra habitación por unos minutos. Asegúrate de que este lugar no sea aterrador ni se use como castigo físico.

– Uso de comandos básicos

Enseñar comandos como “sentado”, “quieto” o “ven” ayuda a tener mayor control sobre tu perro. Si, por ejemplo, está a punto de saltar sobre un invitado, pedirle que se siente puede prevenir ese comportamiento sin necesidad de regañarlo.

 

Cómo prevenir la necesidad de disciplinar

La mejor disciplina es la prevención. Si le das a tu perro una estructura clara, atención suficiente y oportunidades para quemar energía, habrá menos comportamientos indeseados que corregir.

  1. Ejercicio físico y mental

Muchos problemas de comportamiento, como morder objetos o ladrar en exceso, surgen por aburrimiento o exceso de energía. Asegúrate de que tu perro haga ejercicio todos los días y reciba estimulación mental con juegos de olfato, rompecabezas para perros o sesiones de entrenamiento.

  1. Socialización temprana

Los perros que se exponen desde cachorros a diferentes personas, lugares y situaciones tienden a ser más equilibrados y seguros. Una socialización adecuada previene muchos comportamientos temerosos o agresivos.

  1. Entrenamiento en obediencia

Inscribir a tu perro en clases de obediencia básica puede ser una gran inversión. No solo aprenderá comandos esenciales, sino que también te dará herramientas para manejarlo en situaciones del día a día.

 

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Si sientes que no puedes manejar el comportamiento de tu perro por ti mismo, no dudes en acudir a un adiestrador canino certificado o a un etólogo veterinario. Algunos signos de alerta incluyen:

  • Agresividad hacia personas o animales.
  • Comportamientos compulsivos (como perseguirse la cola de forma excesiva).
  • Miedo extremo o ansiedad constante.
  • Incapacidad para aprender con métodos positivos.

Un profesional puede ayudarte a identificar la raíz del problema y diseñar un plan de acción personalizado.

 

Conclusión

Disciplinar a un perro no se trata de castigar, sino de educar con amor, paciencia y constancia. Evitar el castigo físico, ser coherente en tus mensajes y reforzar los buenos comportamientos son claves para que tu perro entienda lo que se espera de él. Recuerda que cada perro es único, y lo que funciona con uno puede no funcionar con otro. La clave está en observar, comprender y actuar siempre con respeto.

Si te comprometes a enseñarle con claridad y cariño, no solo tendrás un perro bien portado, sino también un compañero feliz y seguro. La disciplina positiva es más que una técnica: es una forma de construir una relación duradera y saludable con tu mejor amigo de cuatro patas.

 

Sobre Erin Ollila

 Erin Ollila cree en el poder de las palabras y en cómo un mensaje puede informar, e incluso transformar, a su público objetivo. Sus escritos se pueden encontrar en internet y en formato impreso, e incluyen entrevistas, redacción fantasma, entradas de blog y no ficción creativa. Erin es una apasionada del SEO y de todo lo relacionado con las redes sociales. Se graduó de la Universidad de Fairfield con una Maestría en Bellas Artes en Escritura Creativa. Contáctala en Twitter @ReinventingErin o conoce más sobre ella en http://erinollila.com .

 

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