¿Por qué tu perro busca llamar la atención? 9 comportamientos comunes y cómo gestionarlos
RESUMEN CON IA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Los perros, como animales sociales, necesitan la atención de sus tutores y, cuando sienten que no la reciben, utilizan diferentes estrategias para llamar la atención. Algunas son adorables, como traerte un juguete o darte la pata, mientras que otras pueden volverse problemáticas, como ladrar excesivamente, gemir o morder suavemente. En este artículo descubrirás 9 formas comunes en las que los perros buscan atención, por qué lo hacen y cómo puedes gestionar cada comportamiento de forma saludable. Aprenderás a identificar señales, establecer límites y reforzar conductas positivas, favoreciendo así una relación equilibrada y respetuosa con tu perro. Educar con paciencia y empatía es clave para una convivencia armoniosa. Si tu perro hace de todo para que le hagas caso, este artículo es para ti.
Basado en el artículo original de la psicóloga Sara González Juárez
Convivir con un perro es una experiencia enriquecedora y llena de amor, pero también puede estar acompañada de comportamientos que desconciertan a los tutores, sobre todo al principio de la relación. Uno de los más frecuentes —y que genera tanto ternura como frustración— es la búsqueda de atención.
Los perros, al ser animales sociales, necesitan la interacción constante con su grupo (en este caso, su familia humana). Cuando sienten que no reciben suficiente atención, o simplemente quieren jugar o conectarse contigo, adoptan conductas que van desde lo simpático hasta lo problemático.
En este artículo exploraremos 9 formas comunes en las que los perros llaman la atención, explicaremos por qué lo hacen y te daremos pautas para manejar cada situación de forma saludable y respetuosa.
La atención como necesidad emocional
Los perros, al igual que los humanos, tienen necesidades emocionales. Buscar el contacto con su tutor, jugar o simplemente ser tenidos en cuenta no es algo patológico, sino parte de su naturaleza. Sin embargo, cuando no se canaliza bien o cuando ciertos comportamientos se refuerzan sin querer, pueden transformarse en hábitos molestos o incluso perjudiciales.
Saber reconocer las señales que emite tu perro cuando quiere tu atención es clave para educarlo correctamente y fomentar una convivencia armoniosa.
- Ladridos insistentes
Los ladridos son una de las formas más comunes que tienen los perros de comunicarse. Si tu perro empieza a ladrar de forma insistente cuando no le haces caso, probablemente esté tratando de decirte algo.
Los ladridos de atención suelen ser:
- Cortos y secos.
- Dirigidos directamente hacia ti.
- Acompañados de otros signos como saltos, miradas fijas o movimientos excitados.
¿Qué hacer?
No refuerces esta conducta dándole lo que quiere inmediatamente (juego, comida o caricias). Espera a que se calme y luego prémialo por su buen comportamiento. Así aprenderá que solo obtiene atención cuando está tranquilo.
- Traerte objetos (juguetes, ropa, incluso presas)
¿Tu perro aparece con su juguete favorito cada vez que estás ocupado? ¿Te deja una zapatilla a los pies mientras trabajas? Esta es una estrategia muy común de búsqueda de interacción.
En algunos casos, sobre todo si el perro tiene acceso al exterior, puede traerte presas (como un pájaro o insecto), lo que tiene un significado especial: en su lenguaje, es una muestra de afecto y respeto.
¿Qué hacer?
No castigues ni te asustes si te trae algo desagradable. Simplemente no reacciones (para no reforzarlo) y redirige su energía hacia otra actividad, como el juego estructurado o el entrenamiento.
- Mordisquear suavemente tus manos
Especialmente en cachorros, este comportamiento es una forma de explorar y aprender límites. También puede ser una manera muy directa de pedirte atención o iniciar el juego.
¿Qué hacer?
Si no quieres que lo haga, debes enseñar el autocontrol. Puedes emitir un quejido suave (como lo haría otro perro) para indicarle que ha sido demasiado y detener el juego inmediatamente. Con el tiempo, entenderá cuándo está cruzando la línea.
- Perseguirse la cola
Este comportamiento es habitual en cachorros y perros muy activos. Al principio es parte del juego y del autoconocimiento corporal, pero si se vuelve excesivo o compulsivo, puede ser señal de estrés o aburrimiento.
¿Qué hacer?
Evita reír o prestarle demasiada atención, ya que esto refuerza la conducta. Asegúrate de que tu perro está física y mentalmente estimulado. Si el comportamiento persiste, consulta a un veterinario o etólogo para descartar problemas médicos o emocionales.
- Rascarte o darte la pata
Una de las formas más directas y tiernas que tienen los perros para pedirte atención. Si tu perro se sienta frente a ti y te da la pata o te rasca suavemente con una de sus patas, está buscando interacción.
¿Qué hacer?
Esta es una conducta fácil de canalizar positivamente. Puedes enseñarle a dar la pata bajo orden y recompensarlo cuando lo haga de forma controlada. De lo contrario, ignóralo si lo hace de manera insistente o ansiosa.
- Correr frenéticamente por la casa o el jardín
Conocido también como «zoomies», este comportamiento es común en perros jóvenes o con mucha energía acumulada. Corren de un lado a otro, a veces dando vueltas o haciendo saltos repentinos. Es su forma de liberar tensión o pedir juego.
¿Qué hacer?
Permitir que se expresen así ocasionalmente es sano, pero si lo hacen en situaciones inapropiadas (como en la casa o en zonas inseguras), es importante enseñarles una orden de calma. También, asegúrate de que tienen suficiente ejercicio diario.
- Lamer excesivamente
Lamerte las manos, la cara, los pies o incluso la ropa puede tener muchas interpretaciones: desde muestras de afecto hasta intentos de descubrir a qué hueles. Pero también puede ser una clara demanda de atención.
¿Qué hacer?
Si no quieres que lo haga constantemente, no le prestes atención cuando lo haga. Desvía su comportamiento hacia algo más adecuado, como una caricia cuando esté tranquilo o un juego breve bajo tus condiciones.
- Mirarte fijamente
Un perro que se sienta frente a ti y te mira fijamente está intentando iniciar una conexión. Esta es una forma muy sutil y educada de pedir atención, que suele estar acompañada de una expresión relajada, orejas hacia adelante y a veces un movimiento de cola.
¿Qué hacer?
Este comportamiento no es problemático. Es más, puedes aprovecharlo para iniciar juegos, enseñarle trucos o simplemente acariciarlo. Estás fortaleciendo el vínculo sin fomentar conductas ansiosas.
- Gemir o llorar
Los gemidos y llantos caninos despiertan una respuesta emocional fuerte en los humanos. Sin embargo, si el perro nota que siempre que gime obtiene lo que quiere (comida, caricias, paseo), puede aprender a manipular a través del llanto.
¿Qué hacer?
Antes de ignorarlo, asegúrate de que no hay una necesidad urgente (dolor, hambre, miedo). Si todo está bien, no le des atención inmediata. Espera a que se calme y entonces sí responde. De lo contrario, el gemido puede cronificarse como hábito.
Cómo prevenir conductas indeseadas
La clave para evitar que tu perro desarrolle formas poco saludables de llamar la atención es mantenerlo física y mentalmente estimulado. Algunas recomendaciones útiles:
- 🧠 Ejercicio mental diario: juegos de olfato, rompecabezas para perros, entrenamiento de obediencia básica.
- 🏃 Actividad física adecuada: paseos largos, carreras, juegos con otros perros.
- 🤝 Tiempo de calidad contigo: sesiones de juego, caricias tranquilas, momentos de calma juntos.
- 📚 Rutinas claras: establecer horarios para paseos, comida y descanso ayuda a reducir la ansiedad.
Educar con paciencia y amor
Es normal que los perros busquen atención. Lo importante es saber cuándo y cómo responder, reforzando solo aquellos comportamientos que no generen dependencia ni estrés. Los perros aprenden por asociación, así que todo lo que premies —incluso con una mirada o una palabra— se repetirá.
La educación basada en el respeto, la empatía y el conocimiento del lenguaje canino es la mejor herramienta para lograr una convivencia armónica. Con el tiempo, llegarás a entender a tu perro con solo una mirada, y él sabrá cómo relacionarse contigo sin necesidad de recurrir a conductas indeseadas.
Conclusión
Los perros tienen muchas formas de expresar su necesidad de atención. Algunas son graciosas, otras insistentes y otras pueden volverse problemáticas si no se manejan bien. Como tutor, tu tarea es aprender a reconocer estas señales, responder de forma equilibrada y mantener una comunicación clara con tu compañero de cuatro patas.
Recuerda: la atención no siempre significa ceder a cada demanda, sino estar presente, comprender sus emociones y ofrecer alternativas saludables de interacción. Con paciencia, constancia y amor, tu perro aprenderá a comunicarse contigo de forma respetuosa y efectiva.
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