presentar

Consejos clave para presentar a dos o más perros para una convivencia armoniosa

«Quiero presentar mis dos perros al perro de mi hermano. ¿Dejo que mi perro alfa (hembra, sin castrar) o mi macho beta (intacto) se conozcan primero? El perro de mi hermano es un macho intacto de tres años. Mis perros tienen un año y medio.»-Larry

 

Presentar a dos perros

Presentar perros a otros perros puede ser un proceso delicado, y es estupendo que tengas en cuenta la dinámica entre tus perros antes de presentar a ambos al perro de tu hermano.

En el ámbito de las estructuras sociales caninas, el concepto tradicional de alfa y beta puede no reflejar con exactitud la compleja naturaleza de las interacciones caninas. En su lugar, puede ser más perspicaz pensar en las personalidades individuales de los perros, sus experiencias pasadas y disponer de un plan estratégico de introducción.

 

Aclaremos algunos conceptos erróneos

Dado que se considera a los lobos antepasados de los perros, existe la idea generalizada de que el comportamiento canino se asemeja mucho al de los lobos y que, puesto que los lobos viven en «manadas», los perros también son animales de manada.

Sin embargo, hay matices y diferencias importantes entre los perros domésticos y sus antepasados salvajes que conviene tener en cuenta. Veamos algunas de ellas.

 

Los perros no son lobos

Como los perros son una subespecie de los lobos, es común pensar que podemos aprender cómo se relacionan los perros observando a los lobos.

Aunque lobos y perros comparten el mismo número de cromosomas (78 dispuestos en 39 pares), los perros evolucionaron y se separaron de los lobos hace mucho tiempo.

Sería un flaco favor comparar sus interacciones con las de los lobos, ya que el proceso de domesticación ha provocado tantos cambios fisiológicos y de comportamiento.

 

MIRA TAMBIEN: CONSEJOS PARA BAÑAR A UN PERRO EN CASA

 

Una estructura familiar

En el pasado existía la creencia de que una manada de lobos estaba controlada por un estricto orden jerárquico, en el que el «perro alfa» ponía a los demás en su sitio mediante interacciones violentas.

Esta creencia surgió a raíz de los estudios de Schenkel sobre los lobos en cautiverio. Los estudios de Schenkel descubrieron que a menudo se producían episodios agresivos entre los miembros de las manadas de lobos mientras formaban jerarquías sociales; sin embargo, estas manadas de lobos estaban formadas artificialmente, con varios individuos no emparentados de diferentes edades puestos todos juntos.

Los estudios de David Mech sobre lobos en un entorno natural han desmentido el mito del «perro alfa». Al estudiar a los lobos de la isla de Ellesmere, Mech descubrió que los lobos en un entorno natural funcionaban más como una «unidad familiar» compuesta por una pareja reproductora (antes conocida como «macho alfa / hembra alfa») y su descendencia inmediata.

Esto ha desacreditado, por tanto, la vieja idea de que los lobos son luchadores natos con un único objetivo en mente: competir por el puesto más alto.

Los lobos no viven en manada, sino en una unidad familiar cooperativa. Los antiguos estudios realizados en cautiverio, en los que se colocaba juntos a lobos adultos no emparentados y se observaban sus interacciones, no se parecían en nada a las interacciones en la naturaleza.

«Es el equivalente animal de lo que podría ocurrir en una prisión humana, no el modo en que se comportan los lobos cuando se les deja a su aire», señala David Mech.

 

Las jerarquías sociales entre los perros son «fluidas»

Aunque los perros no son lobos, y los lobos viven en una manada familiar, tiene sentido preguntarse cuál es la posición de los perros en lo que respecta a sus relaciones sociales con otros perros.

Resulta que las jerarquías sociales entre perros no abarcan la jerarquía de dominancia rígidamente estructurada que se observa en las manadas de lobos cautivos. Ni siquiera los perros asilvestrados siguen esta estructura.

Sus jerarquías sociales también difieren de las de los lobos criados en libertad, teniendo en cuenta que, a diferencia de los lobos, que se aparean de por vida, los perros son promiscuos y no dedican tiempo a criar juntos como la pareja reproductora.

En cambio, las «jerarquías sociales» entre perros tienden a ser situacionales. En otras palabras, un individuo puede mostrar un «comportamiento dominante» en una situación específica, pero no en otra situación o hacia otro individuo.

Básicamente, no existe una jerarquía lineal y estática grabada en piedra como la que se observa en el ejército, las empresas y los gobiernos; en el caso de los perros, la organización social es más fluida y dinámica.

Toda la dinámica puede cambiar en función de qué perro esté presente, qué recurso esté presente y qué humanos estén presentes en un momento dado, junto con el entorno en el que interactúen los perros.

 

MIRA TAMBIEN: MIRA LOS MEJORES PRODUCTOS PARA TU EMPRESA

 

¿Necesitamos ser «alfa» para nuestros perros?

«Los perros no intentan dirigir; no intentan dominar ni ser el alfa de sus compañeros humanos de rango inferior. No ven a las personas como otros perros, sino como compañeros sociales de una especie diferente», explica Meghan E. Herron, veterinaria especialista en comportamiento.

 

¿Qué es la dominancia?

La dominación no es un rasgo de la personalidad, sino más bien una cuestión de obtener y mantener el acceso a un recurso concreto en una ocasión determinada, y no implica lesiones. Si alguna de las partes sufre lesiones, se trata de un comportamiento agresivo, no de dominación, señala el etólogo Roger Abrantes.

Aunque a un animal se le asigne un rango específico en un grupo de perros, no hay razón para suponer que dicho animal mantendrá la misma posición cuando se le traslade a otro grupo (Bradshaw et al. 2009).

La teoría de que ciertos animales pueden nacer con un «rasgo dominante» tampoco está demostrada. Hay múltiples factores que contribuyen al desarrollo de las relaciones entre individuos más que un simplista «rasgo de dominancia».

El concepto de dominancia suele ser un tema candente entre propietarios de perros, adiestradores y profesionales del comportamiento canino.

«A menudo causa confusión y frustración, muy probablemente porque lo vemos más desde una perspectiva lineal en lugar de evaluar las díadas y las interacciones más complejas como lo que son: momentos, experiencias, muchos puntos en un continuo, y cambiantes de una situación a otra dependiendo del estado de ánimo, la situación, los recursos, la experiencia, el nivel de habilidad, el estado de salud, etc., etc.», explica Suzanne Clothier en su blog.

 

¿Existe realmente un perro alfa y un perro beta?

Al observar las interacciones entre los perros que comparten un hogar, resulta tentador etiquetar a un perro como alfa y a otro como beta.

Estas percepciones suelen basarse en los comportamientos de los perros, como un perro que siempre empuja al otro cuando sale por la puerta o que no quiere tenerlo cerca cuando recibe atención del dueño, pero ¿son estos comportamientos realmente indicativos de su jerarquía?

Curiosamente, cuando a estos perros se les saca de su entorno y le queremos presentar nuevos perros, pueden comportarse de forma muy diferente.

«El matón del patio del colegio que obliga a otros niños a entregarles el dinero de la leche puede ser «dominante» en ese entorno, pero llévelo a la comisaría local o póngalo en compañía de estudiantes de último curso de secundaria, y probablemente verá algo diferente», señala además Suzanne Clothier.

Además, los policías pueden actuar de forma «dominante» cuando multan a alguien por exceso de velocidad, pero mostrarán una obsequiosa deferencia hacia los agentes del Servicio Secreto, mientras que los estudiantes de último curso de secundaria pueden comportarse de forma muy diferente cuando se encuentran con algunos héroes deportivos a los que admiran, añade Clothier.

 

Las dinámicas entre perros, al igual que las interacciones humanas, no se definen rígidamente con una sola etiqueta, sino que se desarrollan como guiones matizados que varían en respuesta a sus entornos siempre cambiantes.

 

Ya se trate de perros que actúan como perros alfa o beta o de policías que ponen multas, en esencia estamos ante actuaciones que se adaptan al guión específico del escenario.

Las dinámicas entre perros, al igual que las interacciones humanas, no se definen rígidamente con una sola etiqueta, sino que se desarrollan como guiones matizados que varían en respuesta a sus entornos siempre cambiantes.

Etiquetar a los perros como alfa o beta simplifica en exceso sus complejas interacciones sociales, teniendo en cuenta el hecho de que los perros adaptan sus comportamientos a situaciones específicas, al igual que el comportamiento humano varía en diferentes contextos y situaciones.

 

El comportamiento pasado puede ayudar a predecir el comportamiento futuro

Cuando se trata de presentar perros a otros perros, algo que puede tener un carácter predictivo más fiable en comparación con constructos hipotéticos, como el supuesto «estatus alfa o beta» del perro, son sus experiencias previas con otros perros.

Si, por ejemplo, su perra ha tenido una experiencia negativa con un perro pequeño en el pasado y el perro de su hermano es pequeño, puede esperar que se acerque con un lenguaje corporal tenso.

Si, por el contrario, el perro de su hermano ha tenido una mala experiencia con un perro grande que muestra un lenguaje corporal tenso, puede ponerse ansioso al encontrarse con su perra porque ha aprendido a asociar ese lenguaje corporal tenso con un ataque anterior.

En perros con antecedentes de encuentros negativos o falta de socialización, las probabilidades de que una interacción no salga bien pueden ser bastante altas en comparación con dos perros bien socializados que se encuentran por primera vez y nunca han tenido experiencias negativas previas.

 

Consejos generales para presentar dos perros

En última instancia, cada perro es único y su reacción al ser presentado a otros perros puede variar mucho de un individuo a otro.

El éxito de una presentación depende de varios factores, como el temperamento de cada perro, su historial de socialización y las circunstancias concretas al presentar. A continuación se ofrecen una serie de consejos generales para aumentar las posibilidades de que el proceso de introducción sea más fluido.

 

  • Intercambio de olores

Antes de las primeras presentaciones físicas, puede ser útil que cada perro se familiarice individualmente con el olor del otro. Para ello, frote a cada perro con una toalla e intercambie las toallas para que cada uno conozca el olor del otro. Pueden colocarse golosinas en las toallas para crear asociaciones positivas.

  • Presentar individualmente

Es preferible presentar un perro cada vez que presentar dos perros a un tercero a la vez. Esto permite centrarse en los comportamientos y reacciones de cada perro y facilita la gestión y el control de la interacción.

Puede ser útil empezar primero con el perro más tranquilo si el otro perro es más reactivo, de modo que cuando llegue el momento de presentar al perro reactivo en un entorno de grupo, se sienta mejor al ver que su compañero ya se siente cómodo con él.

  • Terreno neutral

Es importante que el primer encuentro se produzca en un entorno controlado y neutral, como un parque. Al principio se puede pasear a los perros con correa a cierta distancia y luego se puede pasar a algunos paseos paralelos antes de permitir interacciones más estrechas, posiblemente sin correa, en un espacio neutral totalmente vallado si es seguro hacerlo.

Este paseo permite que los perros se conozcan por la vista y el olfato antes de encontrarse físicamente; sin embargo, si alguno de los perros tiende a ser más reactivo con correa, puede ser mejor pasar directamente a presentar sin correa, siempre en un lugar neutral.

  • Lenguaje corporal

Es importante evaluar cuidadosamente el lenguaje corporal de los dos perros cuando se encuentran. Es importante prestar atención a si hay algún signo potencial de estrés, ansiedad o agresividad. El lenguaje corporal marcará el ritmo de los progresos que se pueden hacer y cuándo hay que dar un paso atrás y hacer una introducción más gradual.

  • Introducción en casa

Una vez que los dos perros parecen llevarse bien, se les puede pasear juntos hacia la casa e introducirlos en el patio antes de introducirlos en casa.

Es importante mantener los recursos, como juguetes, cuencos de comida y camas para perros, fuera del camino para evitar cualquier tendencia a guardar recursos. Puede ser necesario colocar varios bebederos en distintos lugares para evitar conflictos.

  • Segunda presentación

Una vez que la introducción inicial haya ido bien, si los dos perros parecen sentirse cómodos el uno con el otro, habrá que repetir el mismo proceso con el segundo perro conociendo al nuevo. Una vez más, las interacciones deben supervisarse de cerca y debe planificarse la intervención en caso necesario.

  • Presentar en grupo

Después de que las dos presentaciones individuales hayan ido bien, se puede proceder a una presentación en grupo, siempre bajo una cuidadosa supervisión.

Es importante que al presentar en grupo también se produzca en una zona neutral, empezando por un paseo en paralelo antes de dejar que los perros se reúnan en una zona abierta vallada de forma segura antes de organizar un encuentro en casa.

  • Retroalimentación positiva

Es una buena idea elogiar los comportamientos deseables para que los perros presten atención a nuestros comentarios y formen asociaciones positivas entre ellos.

  • Disponga de un plan

Es importante disponer de un plan en caso de que se detecte un aumento de la tensión o el estallido de una pelea. Lo ideal sería que los tres perros estuvieran bien controlados por la voz para poder interrumpir cualquier comportamiento indeseable a la primera señal.

Tener siempre a mano un producto como Spray Shield puede ser útil si hay indicios de que los perros están empezando a pelearse. A mí me gusta llevar el mío enganchado al cinturón o en un bolsillo del pantalón cargo por si surge una pelea.

  • Sea breve y estructurado

Lo mejor es que las primeras presentaciones sean breves y sencillas. Las interacciones demasiado largas pueden resultar agotadoras y precipitarse en el proceso puede provocar estrés y posibles conflictos. La clave está en hacer las presentaciones a un ritmo en el que los perros se sientan cómodos.

Las presentaciones iniciales deben ser muy estructuradas. Por ejemplo, practique sesiones de adiestramiento breves, deje que los perros permanezcan en sus jaulas o colchonetas y, a continuación, permítales pasar algún tiempo sin correa y luego volver a un entorno estructurado.

  • Cuidado con los ciclos de celo

Puesto que ha mencionado que los tres perros están intactos, es importante saber en qué momento de su ciclo de celo se encuentra su perra. Si se acerca a la fase de celo, debe evitar que los dos machos estén juntos a su alrededor, ya que el aumento hormonal puede provocar peleas entre dos perros machos.

  • Unas palabras sobre los compañeros de camada

Si sus perros macho y hembra son hermanos de camada o están muy unidos, es posible que compartan un fuerte vínculo. Hay que tener cuidado al introducir un tercer perro, ya que a veces uno puede sentir celos del otro.

  • Dar prioridad a la seguridad

Dé siempre prioridad a la seguridad. Recuerde que cada perro es diferente y que su compatibilidad depende de varios factores. Tenga en cuenta que puede pasar bastante tiempo hasta que todos los perros se sientan realmente cómodos entre sí.

En presencia de comportamientos preocupantes, mantener a los perros separados es el mejor enfoque porque no queremos que los perros se sientan estresados y sigan ensayando comportamientos problemáticos.

Incorporar bozales a prueba de mordeduras, siguiendo un proceso de habituación gradual, es una opción sensata, ya que esta medida de precaución puede ofrecer tranquilidad durante toda la fase de introducción.

Si observa algún signo preocupante de agresividad, no se arriesgue y pida ayuda en persona a un adiestrador canino/consultor de comportamiento profesional. Pueden ofrecerle asesoramiento personalizado basado en los comportamientos e interacciones específicos observados entre sus perros y el perro de su hermano.

 

MIRA TAMBIÉN: Todo lo que tu mascota necesita

 

En resumen:

1. Supervisión

  • Siempre supervisa las interacciones entre los perros.
  • Esto ayuda a prevenir posibles confrontaciones y te permite intervenir si es necesario.

2. Introducción gradual

  • Introduce a los perros de manera gradual y controlada.
  • Las presentaciones abruptas pueden generar ansiedad o agresión. Permíteles olerse mutuamente y observar antes de una interacción directa.

3. Ambiente neutral

  • Presenta a los perros en un lugar neutral.
  • Evitar territorios establecidos puede reducir la territorialidad y las tensiones.

4. Correas flojas

  • Mantén las correas flojas durante la presentación.
  • Las correas tensas pueden aumentar la ansiedad y provocar reacciones no deseadas.

5. Lenguaje corporal relajado

  • Mantén un lenguaje corporal calmado y relajado.
  • Los perros son sensibles al lenguaje corporal, y una actitud tranquila puede ayudar a reducir la tensión.

6. Observación de señales de estrés

  • Presta atención a las señales de estrés en ambos perros.
  • Identificar signos de incomodidad (como lamerse los labios, evitar la mirada, orejas hacia atrás) puede ayudarte a intervenir antes de que se intensifiquen los problemas.

7. Interrupción positiva

  • Interrumpe cualquier comportamiento negativo de manera positiva.
  • Utiliza comandos suaves y redirige la atención hacia algo positivo para evitar conflictos.

8. Respeto de límites

  • Respeta los límites individuales de cada perro.
  • Algunos perros pueden no sentirse cómodos con ciertos niveles de interacción. Respeta sus señales y no los fuerces.

9. Control de juguetes y recursos

  • Supervisa el acceso a juguetes y recursos.
  • La competencia por recursos puede causar tensiones. Asegúrate de que haya suficientes recursos para ambos y evita situaciones que puedan generar conflicto.

10. Apoyo positivo

  • Refuerza positivamente el buen comportamiento.
  • Alentar interacciones positivas refuerza la asociación positiva entre los perros.

 

MIRA TAMBIÉN: Cómo Darle Seguridad A Un Perro Que Tiene Miedo

 

Referencias

– John W.S. Bradshaw, Emily J. Blackwell, Rachel A. Casey, Dominance in domestic dogs-useful construct or bad habit?, Journal of Veterinary BehaviorVolumen 4, Número 3, 2009

– Roger Abrantes Dominancia: encontrarle sentido al sinsentido

– Roberto Bonanni, Simona Cafazzo, Arianna Abis, Emanuela Barillari, Paola Valsecchi, Eugenia Natoli, Age-graded dominance hierarchies and social tolerance in packs of free-ranging dogs, Behavioral Ecology, Volume 28, Issue 4, July-August 2017.

– Smuts, Barbara & Sandel, Aaron & Trisko, Rebecca. (2016). Afiliación, dominancia y amistad entre perros de compañía. Comportamiento.

 

Si su cachorro o perro muestra signos de agresividad potencial (embestir, ladrar, gruñir, morder), consulte con un profesional del comportamiento canino para obtener orientación directa en persona. Los artículos, vídeos e información general proporcionados en línea no pretenden sustituir la formación/instrucción en persona. Al utilizar este servicio, usted renuncia a cualquier reclamación de responsabilidad u otros tipos de reclamaciones relacionadas con cualquiera de los comportamientos de sus perros contra usted u otras personas

Compartir con:
No Hay Comentarios

Deja Un Comentario